“Todos los españoles deben contribuir al sostenimiento de los gastos públicos, de acuerdo con su capacidad económica, mediante un sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad, sin que en ningún caso tenga carácter confiscatorio”. Así reza el artículo 31 de la Constitución Española de 1978. Por ello, evitar esta contribución se convierte en delito y está severamente perseguido. Pero, ¿Qué tipos de delitos fiscales existen?
Tipos de delitos fiscales y cómo evitarlos
La primera clave para evitar los delitos fiscales desde la propia empresa es contar con una asesoría profesional que se encargue de ello. La función principal del empresario es generar negocio y dirigir la empresa. Por ello, es fundamental contar, bien sea internamente o externamente, con un asesor que se encargue de cumplir con las diferentes obligaciones tributarias.
De hecho, la persecución del fraude fiscal no es voluntaria, sino que la administración pública tiene la obligación de perseguir todos los delitos que de esta índole se den. Según publica la Agencia Tributaria en su ‘Observatorio Fiscal‘: “La apreciación de un posible delito fiscal obliga a la Administración tributaria, al tener carácter de delito público, a formular la correspondiente denuncia o querella”.
Concretamente, el fraude fiscal consiste en evitar pagar los impuestos a través del uso de diferentes medios o artimañas ilegales. Entre las diferentes maneras que se puede dar este delito están la evasión de impuestos ocultando los ingresos o al no declarar el aumento de patrimonio; la economía sumergida; o el aplicar deducciones fiscales falsas.
A pesar de que en España es más común el fraude fiscal de lo que la sociedad quiere admitir. Cabe señalar que la ejecución de estas malas praxis van en detrimento del beneficio colectivo. Por lo que la sociedad española debe ser consciente de los beneficios sociales que todos perciben gracias al pago de los impuestos correspondientes. No obstante, no solo la sociedad debe concienciarse, sino que la administración pública debe poner todas las herramientas para que tanto los empresarios como la sociedad en general no utilice el fraude fiscal como manera para ‘sobrevivir’.
Tipología
Como ya se ha señalado con anterioridad, existen diversos tipos de delitos fiscales. Si bien es cierto que para que las infracciones cometidas se consideren delito fiscal, la cantidad debe resultar mayor a 120.000 euros. Debe ser un juzgado el que estime el importe de la deuda tributaria y sería un delito, por acción i por omisión, regulado en el artículo 305 del Código Penal.
De los tres delitos más comunes están:
- Eludir el pago de cualquier tipo de tributo, impuesto, tasa o contribución especial
- Obtener algún tipo de devolución indebida
- Conseguir algún tipo de beneficio fiscal de modo indebido
Pueden considerarse delitos fiscales atenuados aquellos en los que el que ha cometido el delito reconozca judicialmente el hecho antes de que pasen dos meses desde la fecha de citación en calidad de investigado y pague la deuda en la que haya incurrido.
Por contra, se considerará grave cuando la cifra defraudada exceda los 600.000 euros. Cuando se haya cometido dentro de una organización criminal. Cuando se utilicen personas físicas o jurídicas para dificultar la determinación de los autores y la cuantía total. O cuando se haya recurrido a territorios de nula tributación, es decir, paraísos fiscales para ocultar el patrimonio.
Tal es así la importancia de la lucha contra el fraude fiscal en España que el Gobierno ha incorporado como componente de palanca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliciencia la lucha contra el fraude fiscal. En su retos y objetivos, el documento señala que “la prevención y la lucha contra el fraude fiscal es uno de los principales retos que deben abordarse para modernizar el sistema fiscal español, como elemento clave para asegurar la justicia tributaria e incrementar la eficacia recaudatoria del sistema tributario”.