Las empresas disponen de diferentes formas de adquirir bienes. No solo la compra, el renting y el leasing son algunas de las fórmulas para ello. De hecho, la opción del renting se convierte en una buena estrategia empresarial para hacer frente a la incorporación de maquinaria o bienes. Pero, ¿qué es el renting y en qué puede beneficiar a tu empresa?
¿Qué es el renting y en qué puede beneficiar a tu empresa?
El renting no es otra cosa que el alquiler de un servicio o de unos productos durante un tiempo indeterminado. La duración mínima suele ser superior al año. En muchas ocasiones necesitamos alquilar una prestación sin todas las cargas que supone ser dueños de esa materia prima. Puede que la más conocida sea la transacción de coches en ese aspecto, pero hay otros muchos usos del renting.
Este tipo de transacciones son beneficiosas y útiles para poder cubrir las necesidades de nuestra empresa. Sobre todo, si lo necesitamos a corto o medio plazo podemos ahorrar dinero. Y, además, recibir por esa misma cuota un servicio de mantenimiento que si fuéramos los dueños tendríamos que costear.
Tipos de renting
Fruto de su variabilidad están las amplias posibilidades de proceder al renting, entre otras encontramos el de equipamiento en informática, ofimática, maquinaria industrial, salud, mobiliario de oficina, iluminación LED, equipamiento para hostelería, etc. Entre estos tipos de renting tenemos:
- Tecnológico. Se trata del alquiler de equipos informáticos. Esta opción se da mayoritariamente en las grandes empresas debido tanto al gasto que provoca obtener equipos nuevos como por la rápida obsolescencia que tienen este tipo de útiles.
- Industrial. El propietario provee en este caso maquinaria y útiles para que una empresa pueda realizar su actividad cotidiana.
- De vehículos. Es un servicio cada vez más demandado ya no solo en las grandes empresas, sino también en los pequeños autónomos pues solo deben pagar la cuota que hayan pactado y el combustible que necesiten para sus desplazamientos. De esta manera se benefician del uso de un vehículo y se despreocupan del resto de necesidades y gastos que conlleva el mantenimiento de dicho coche o flota de coches.
Centrándonos en los beneficios del renting de vehículos cabe señalar que el mantenimiento es uno de ellos. No eres dueño del vehículo por lo que, en principio, no tienes que hacerte cargo del mantenimiento del coche, ni del impuesto de circulación, el seguro o la ITV. Un ejemplo de ello es el cambio de neumáticos. La cuota mensual que pagas por el uso del coche incluye este servicio que tiene un coste alto de cualquier otra manera, siempre siguiendo la normativa de uso de neumáticos para la seguridad del conductor.
Otra las ventajas del renting son las fiscales. En este tipo de procedimientos es uno de los aspectos por los que cada vez es más utilizado este sistema de alquiler. Si eres autónomo (no incluidos todos, algunos como taxistas quedan fueran de esta opción) puedes desgravar el renting. Se trata de incluir el coste del alquiler del vehículo como gasto deducible en el IRPF, siempre y cuando tenga una justificación el uso de este vehículo para tu desempeño laboral.
Además, recordemos que el renting supone una cuota fija al mes por lo que ofrece la opción de un mayor ahorro. ¿Qué quiere decir? Pagarás durante el tiempo que dura el contrato la misma aportación mensual. Obvio que deberás sumarle el gasto en gasolina, los posibles daños que realices al vehículo debido al mal uso y las multas que te hayan impuesto durante su conducción. Pero pagar una mensualidad fija te permite planificar tus gastos y necesidades mensuales con mayor tranquilidad que si fueras el dueño del coche.
Todo son ventajas y beneficios
Esta modalidad de poder utilizar los servicios y equipamientos que se necesitan para llevar a cabo la producción de tus servicios tiene como una de sus mayores ventajas la flexibilidad. Puedes cambiar de equipamiento cuando lo necesites. Por ejemplo, volviendo al renting de vehículos, si eres una empresa modernizarás la flota de vehículos sin un alto desembolso.
Además, puedes acceder al renting flexible que se adapta a tus necesidades tanto económicas como de equipamiento sin penalizaciones ni desembolsos iniciales demasiados costosos. Esto beneficia principalmente a pequeñas y medianas empresas que pueden disponer de la equipación necesaria para su producción a un coste menor respaldando así su rentabilidad.
Incluso, el renting cuenta en muchas ocasiones con opción de compra. Por norma general cuando accedemos al renting elaboramos un contrato de alquiler que sabemos finito. Cuando llegue el momento deberemos decidir si cambiamos la maquinaria, desistimos en esta modalidad o por el contrario queremos acceder a su compra (ya sean vehículos, ordenadores, maquinaría específica…). A pesar de la existencia de esta alternativa, cabe señalar que la mayoría de las empresas que hacen uso del renting no llegan a la opción de compra. Aquellas que están interesadas en la compra como opción final suelen interesarse por el llamado Leasing. Esta modalidad permite al usuario pagar el valor residual en ese momento.
No se debe olvidar que cabe la posibilidad de hablar de ciertos errores al acceder al renting. ¿Cómo cuáles? Por ejemplo, que el arrendatario alquile el equipamiento por una duración superior a su vida útil. Pero son escasos este tipo de casos, sobre todo en empresas que estudian al milímetro la variabilidad, los costes y el desembolso económico y ahorrativo que supone este tipo de acciones.