La financiación es la piedra filosofal para las empresas. Es ese elemento que hace desde que una idea se convierta en empresa, hasta que una empresa crezca hasta límites insospechados. Todo empresario tiene claro que sin el capital necesario la compañía no es capaz de producir y dar beneficios. Del mismo modo conoce diferentes opciones para conseguirla. La financiación externa e interna son la base. Pero, ¿por cuál de las dos es mejor optar? Entonces, la autofinanciación para la empresa ¿es la mejor opción?
Autofinanciación para la empresa, ¿la mejor opción?
Cierto es que para iniciar cualquier proyecto -ya sea la empresa desde cero, una nueva línea de producción o una nueva vía de negocio dentro de la compañía- es necesario disponer de fondos. La financiación puede venir del propio empresario-compañía, es decir, interna o puede hablarse de recursos ajenos, o lo que es lo mismo, externa.
Dentro de esta financiación externa habrá que estudiar las diferentes variables a la hora de escoger la mejor opción, ya que al ser un recurso ajeno siempre se tiene que pagar una contraprestación.
Mientras que la financiación interna es la generada por la propia empresa, beneficios obtenidos y no repartidos, o la que aportan los socios. En definitiva, el capital que forma parte del patrimonio neto de la empresa.
La búsqueda de fuentes de financiación es una de las tareas más complicadas, ya que no solo consiste en encontrar nuevas vías de financiación, sino que también en renovar las ya existentes consiguiendo la mejor opción del mercado, así como gestionar los costes financieros de la compañía.
Autofinanciación
En referencia a la autofinanciación, esta se calcula teniendo en cuenta la suma del flujo de caja (Beneficio neto + Amortizaciones + Provisiones) y los dividendos a repartir por la empresa. A la hora de realizar un diagnóstico de la capacidad de autofinanciación que tiene la empresa, se deberá tener en cuenta los siguientes ratios:
- Autofinanciación generada sobre ventas, que indica que se generan más fondos con las ventas.
- Autofinanciación generada sobre el Activo, cuanto mayor sea la cifra, la situación será más favorable.
- Política de dividendo, hay que tener en cuenta que cuanto más alto es valor, menor es la cantidad de fondos destinados a la autofinanciación.
- Política de autofinanciación, hay que dejar claro que cuanto mayor es su valor, menor será la parte dedicada a autofinanciación.
Importante es diferenciar entre financiación propia y autofinanciación (también llamada financiación interna). La primera son todas las fuentes de financiación que provienen de los recursos de la empresa, aquí también estarían las ampliaciones de capital de accionistas. Mientras que la autofinanciación solo son beneficios los generados por la actividad de la empresa.
Ventajas de la financiación interna
El ahorro en el pago de intereses, eliminación de quebraderos de cabeza, etcétera, son solo algunas de las ventajas que tiene contar con capital propio para autofinanciar los proyectos de la empresa. Entre las ventajas de la financiación interna están:
- Reducción de costes financieros, ya que al no acudir a fuentes de financiación externa no se deberán pagar intereses o comisiones. Disponer de capital para la autofinanciación permite prevenir los riesgos futuros, de mantenimiento, así como la expansión de un negocio, de enriquecimiento.
- Mayor autonomía, permitiendo una mayor solvencia ante una situación de crisis o una oportunidad de ampliar las divisiones del negocio para aprovechar un nicho de mercado existente.
- Solvencia y rentabilidad demostrable a inversores potenciales o acreedores.
- Mayor facilidad de obtención que recursos externos, ya que no es necesaria la aprobación de entidades bancarias para realizar alguna inversión.