La financiación es el pilar de las empresas. Sin ella, no es posible producir, crear o implementar nuevos proyectos. Diversas son las fuentes en las que las compañías pueden buscar la financiación. Mientras que la interna se refiere a fondos propios de la entidad, la externa es aquella en la que se buscan terceros que aporten ese capital. Pero, ¿es buen momento para buscar financiación externa?
¿Buen momento para buscar financiación externa?
Iniciar un proyecto o crecer sin necesidad de recurrir a fuentes externas de financiación es algo que ocurre en ocasiones. Sin embargo, la mayoría de veces los emprendedores deben acudir a fuentes de financiación ajenas para poner en marcha los nuevos proyectos.
No obstante, cabe señalar que las entidades bancarias no son las únicas fuentes de financiación externa existentes. Entre las diferentes a las que podemos optar están las subvenciones, empresas de capital riesgo, cowdfunding o el factoring. Cada una de estas modalidades tiene su aquel. Por ello, es importante contar con profesionales que ofrezcan una buena asesoría y que acompañen a la empresa en todo el proceso.
Tras más de una década con los tipos de interés excesivamente bajos, a principios del verano de 2022 el Banco Central Europeo decidió subir los tipos de interés con el objetivo de controlar las elevadas tasas de inflación que se estaba viviendo en la zona euro. Esto, indudablemente, juega en contra de la solicitud de un préstamo a las entidades bancarias. Por lo que, una de las principales fuentes de financiación externa desde hace aproximadamente un año cada vez está más caro.
El tipo de interés es, básicamente, lo que el banco cobra por prestar dinero. En este 2023, el precio del dinero ha vuelto a encarecerse, por lo que, desde este mes el tipo de referencia principal se sitúa en el 3,50% y la facilidad de depósito, en el 3%. Cierto es que quienes más lo notan son aquellas personas, empresarios o familias que tengan contratadas hipotecas variables, ya que el euríbor ya ha llegado al 3,7%, aunque, a raíz de la crisis de Credit Suisse, ha bajado hasta el 3,3%.
A tener en cuenta
Para saber si es buen momento o no para solicitar financiación, en el caso del préstamo personal o de consumo hay que tener en cuenta la tasa de interés. Es decir, el precio que la entidad financiera cobra por el dinero prestado. Cabe señalar que, en general, la tasa de interés que informan los bancos y cajas es el TNA, la llamada Tasa de Interés Nominal Anual, que se expresa de manera anual y en porcentaje. Además, puede ser fija, variable o mixta. No obstante, a la hora de buscar las mejores condiciones es mejor comparar entre las diferentes entidades bancarias.
Por ello, hay que tener en cuenta no solo la TNA, sino que es más recomendable fijarse en el CFT, Costo Financiero Total, que incluye la tasa de interés más las comisiones y los gastos que se aplican al préstamo. Este indicador nos dice cuánto nos va a costar realmente el préstamo.
Cierto es que tanto la inestabilidad existente por la crisis provocada tanto por la guerra de Ucrania como por el aumento del coste de las materias primas y la energía, así como el incremento de la inflación señalan que no es buen momento para acudir a fuentes de financiación externa. Esto no solo es por la propia situación de los mercados y cómo puede afectar a las empresas, sino porque las entidades bancarias están endureciendo las condiciones en las que conceden los créditos.
Claves para una buena financiación externa
Llegado el caso de tener que solicitar financiación externa, lo mejor es planificar. Lo primero de todo es detectar concienzudamente las necesidades reales de la empresa, por lo que esta financiación externa no la utilizaremos para apagar los fuegos que puedan surgir de la actividad cotidiana.
El siguiente paso una vez decididas esas necesidades reales será la de cuantificar exactamente la cantidad que se necesita. Debemos saber cuánto capital hace falta para poner en marcha el proyecto. Además, debemos conocer exactamente la cantidad que vamos a poder hacer frente, todo ello para poder calcular el número de cuotas y la cantidad mensual a pagar. Para ello, muchas entidades bancarias cuentan con simuladores.
El siguiente paso será preparar toda la documentación necesaria que los bancos y cajas puedan solicitarnos para el estudio de la viabilidad. Además, una vez iniciados los trámites, se puede negociar con la entidad las condiciones ofreciendo diferentes compensaciones como las nóminas de los empleados, uso de tarjetas de empresa, transferencias, pago de impuestos, etcétera.
Con toda esta información, es momento de pensar si es necesario la solicitud de la financiación externa o no, de ponerse en manos de expertos y de planificar el futuro de la compañía.