Los objetivos de un plan de formación son muy sencillos, destacar entre el gran abanico competitivo de nuestro sector es su principal misión. Pero no debemos dejar de lado a quiénes nos van a llevar a ser los mejores, nuestros trabajadores. La formación continua o específica de una nueva implementación favorecerá la comunicación con nuestros empleados. Porque para llegar a estar entre los mejores, hay que trabajar con los mejores. Este plan de formación nos llevará a tener personal preparado para desarrollar sus funciones continuadamente y además adaptarse con mayor resolución a los cambios que exige la empresa en el día a día.
Ya sabemos que el plan de formación de nuestra empresa nos va a aportar aspectos positivos, pero ¿Cómo podemos desarrollarlo correctamente?
Objetivos de plan de formación de la empresa
Antes de comenzar a realizar ningún tipo de acción formativa en la empresa, es necesario conocer cuál es la situación de nuestro proyecto empresarial. Su localización en el sector con respecto a otras del mismo ámbito nos indicará cuál es nuestra ambición y nuestras capacidades de mejora. Debemos conocer cuál es el nivel real de conocimientos y habilidades de nuestros trabajadores para convertirnos en competencia a tener en cuenta. Será el departamento de recursos humanos el encargado de liderar esta acción, desarrollando un esquema de necesidades que nos permita desarrollar cualquier nueva implementación en la empresa o una empresa externa contratada por el propio departamento la que nos ayude a sobrellevar esta nueva actividad.
Diseño del plan de formación
Debemos recalcar las habilidades que queremos mejorar o implementar para permitirnos desarrollar acciones formativas adecuadas a nuestras necesidades en el plan de formación de la empresa. El desarrollo de actitudes y habilidades repercutirá favorablemente en la mejora de aptitudes de los trabajadores. Para ello, debemos conocer también sus carencias en el puesto de trabajo que desempeñan en la empresa. Un mayor conocimiento de las herramientas mejorará su rendimiento en la plantilla. Nuestros trabajadores, no solo, serán polivalentes para enfrentarse a tareas muy diversas en cada momento, sino que también mejoraran el rendimiento laboral y su satisfacción. Así, es como un buen plan de formación dentro de una empresa convierte a un trabajador realizado en un trabajador motivado.
Realización de la formación
La formación de nuestra plantilla puede ser mediante acciones de formación continua para realzar la competitividad de la plantilla. O centrándose en la parte más táctica y concreta de la formación empresarial dedicarse a un nuevo proyecto de implementación. La formación es clave, en nuestro día a día y debe ser nuestro objetivo principal. No debemos olvidar la determinación de las horas de dicha formación, el momento en que se realiza (si fuera o dentro de la jornada diaria), los contenidos que vamos a enseñar, la modalidad presencial o no de dichos cursos. Son muchos los aspectos a tener en cuenta y como tal también debemos adecuarlos a la vida personal de nuestros profesionales, intentando mantener su conciliación. Los objetivos del plan de formación de una empresa buscan no dejar atrás a nadie. Si no realizamos constantemente cursos de actualización podemos quedarnos obsoletos y formar de manera rápida y repentina a nuestra plantilla puede suponer un proceso lento que retrase nuestra actividad diaria y no centro su atención en los objetivos profesionales.
Evaluación de los resultados
Tras recibir la formación adecuada, es hora de evaluar cuáles son los resultados obtenidos. Teníamos marcados un antes y un después en nuestros objetivos en el plan de formación dentro de una empresa. ¿Pero los hemos cumplido Debemos hacer un parón y reflexionar y estudiar si hemos conseguido llegar a los resultados tanto cualitativos como cuantitativos que nos proponíamos en un inicio. Para ello estaría muy bien realizar una pequeña reunión con nuestra plantilla y conocer de primera mano qué cambios les ha supuesto en su tarea diaria estas acciones formativas que hemos desarrollado tal como su posibilidad de transferencia en la actividad diaria y su satisfacción como profesionales que les ha supuesto el plan de formación. Si nuestro resultado es positivo, lo hemos conseguido, los objetivos del plan de formación de nuestra empresa han sido considerados idóneos.
Resultado final
Parece que hemos terminado con los objetivos del plan de formación de nuestra empresa. Pero nada más lejos de la realidad. Si no queremos estancarnos debemos continuar con nuestro trabajo y nuestras acciones formativas a lo largo de los años. Es aconsejable realizar un plan de seguimiento de los resultados de esta y otras formaciones que realicemos. Su estudio a posteriori nos permitirá saber si estas acciones formativas han sido rentables para la empresa y, sobre todo, aportarnos ideas y mejoras de cara a próximas formaciones dentro de la empresa.
Todavía son muchas las empresas que no consideran importante los planes de formación de sus trabajadores y nos queda mucho por aprender de otros países de la Comunidad Europea que tiene esta acción a la orden del día. Así podemos verlo en los estudios que se realizan en la Fundación Estatal para la Formación en el empleo (FUNDAE). Así que ahora, que ya sabemos que es un plan de formación es conveniente que estudiemos las posibilidades de mejora y necesidades de nuestra empresa. Nuestra estrategia es clave. El diseño de un buen plan de formación en la clave para ello.